Uruguay no supo cómo empatar
Los celestes jugaron un buen partido, con el mérito enorme de haber manejado la
pelota en buena parte del cotejo ante especialistas como los colombianos, pero fallaron en
la concreción
por Marcelo Decaux enviado a Paraguay (El Observador)
El sabor que deja esta derrota ante Colombia es raro. Porque Uruguay tuvo presencia, se
hizo de la pelota e intentó ser protagonista ante un rival que no fue superior y sin
embargo perdió.
La selección nacional cayó en el debut con todo lo que eso significa. Siempre es
importante empezar bien, por lo menos en el resultado.
Uruguay mostró claroscuros, cortocircuitos. Por momentos tuvo dinámica y por otros
careció de sorpresa, fue un equipo anunciado.
Y la sensación que le queda al periodista es que Colombia ganó porque empezó mejor
el encuentro y aprovechó la oportunidad que tuvo ante un muy flojo comienzo de la zaga
central celeste. Decididamente lento Diego López, extrañamente impreciso Alejandro
Lembo. Por allí se perdió el partido.
Una de las carencias principales de los celestes fue partirse en la cancha. Entre las
tres líneas del conjunto había mucho espacio. Y eso se paga caro cuando se habla de
fútbol.
Colombia aprovechó en el primer tiempo esa ventaja, jugó a su manera (de contragolpe)
y creó peligro. Uruguay mostraba tímidamente lo que hacía Pilipauskas para llegar con
criterio en ataque y las ganas, la fuerza y el fútbol de Marcelo Zalayeta, el gran
solitario de la noche asunceña.
Pero a los dirigidos por Púa les costaba hacerse de la pelota. En ese primer tiempo
Colombia fue Colombia: dueño de la pelota, manejando los hilos del partido y complicando
a los celestes en la media cancha. Así llegó a la apertura, mediante gol conquistado por
Víctor Bonilla, luego que Córdoba le bajara un gran balón de cabeza en el área.
Una luz que no fue
En el complemento Uruguay fue el protagonista. Se adueñó de la pelota nada menos que
ante un rival como Colombia, que siempre la maneja, pero careció de llegada clara.
Magallanes comenzó a jugar en su estilo, mostró un par de jugadas interesantes e
inclusive estuvo a punto de anotar el empate, ese que debió llegar cuando Callejas
primero y Zalayeta después se lo perdieron.
La expulsión de Diego López terminó por complicar el encuentro. Hasta allí los
celestes contaban con el aire necesario, pero desde entonces fueron todo corazón y menos
fútbol.
Uruguay intentó por todos los medios llegar al arco de Calero y lo hizo, pero en forma
desordenada. El equipo volvió a partirse y se desordenó y cuando se pierde el orden,
todo se desmantela.
Los celestes perdieron ante Colombia, que fue superior en la primera parte. Por lo
hecho en el complemento, Uruguay tuvo todo para empatar pero no pudo. Por eso da bronca
perder así.
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